Hace algunos meses hablé sobre la necesidad de buscar alternativas al plástico en el montaje de exposiciones. Si bien es cierto que todos coincidimos en que el plástico, omnipresente en nuestras vidas, no es una muy buena elección en términos de sostenibilidad, también lo es que, a la hora de la verdad, este material acaba siendo el número uno en la mayoría de los museos. ¿Por qué?
El argumento principal es su precio, aunque más que su precio mencionaría la facilidad de acceso y la amplia distribución de ese catálogo de materiales sintéticos de composición no siempre clara que usamos en nuestros montajes. Sin embargo, me da la impresión de que uno de los motivos fuertes para rechazar los materiales de origen natural y apostar de manera repetitiva por el plástico es el acabado final. Aún hay gente que piensa que los museos tienen que ser blancos. Aún se dice muy bajito que el cartón no tiene la nobleza del metacrilato. De igual manera, se opta por materiales compuestos laminados, ligeramente vinculados a la madera, que, sin embargo, no ofrecen las garantías medioambientales –ni, en muchos casos, de resistencia– que los tableros de una sola pieza.
Tengo que reconocer que me obsesionan las posibilidades del cartón en el montaje de instalaciones efímeras. Es resistente, es sostenible y funciona en términos estéticos. Nadie sabe qué hacer con un panel de contrachapado una vez agotados sus usos; los de cartón tienen ya una casa de retiro asignada: se llama contenedor azul. Es un recurso eficiente, se recicla, es un buen aislante térmico, permite la impresión directa, es apto para ser reutilizado y sus características físicas de ligereza y facilidad de apilado reducen al mínimo la energía necesaria para su traslado y almacenaje. Está claro que no funciona para todos los contextos, pero tendríamos que empezar a plantearnos qué nos da el cartón pluma que no nos dé el cartón cartón. Ah, sí, montañas y montañas de deshechos “culturales” improcesables.
Pensemos en la huella ecológica del conocimiento. No es así como queremos contar las cosas.
Os dejo una selección de montajes de cartón que he podido ver en los últimos meses:
Exposición «Plantando redes» en La Casa Encendida.
Panel de cartón de nido de abeja. Exposición «Plantando redes» en La Casa Encendida.
Panel de cartón de nido de abeja. Exposición «Plantando redes» en La Casa Encendida.
Panel de cartón de nido de abeja. Exposición «Plantando redes» en La Casa Encendida.
Panel de Re-Board®. Exposición «NowHere Finland 2012. Diseño Ecológico Finlandés» en el MNAD.
Sillas de cartón corrugado. La Galerie de la Culture.
Mobiliario de cartón corrugado. La Galerie de la Culture.
Museo, Go Green! 
Si te dejas caer por Barcelona, te recomiendo la exposición sobre el artista Joan Brossa «Escolteu aquest silenci», con vitrinas de cartón: http://on.fb.me/SQs9cx
¡Gracias por la recomendación, Daniel! De hecho, tengo que pasar por allí en los próximos meses para recoger el recién impreso título del máster que acabé hace cinco años :D, así que espero poder verla. El acabado tiene buenísima pinta.
Podrás ver la exposición hasta el 31 de marzo. Si te apetece una copa y algo de tertúlia, no dudes en mandar un DM (habrá muchos más tuiteros barceloneses interesados!)
Interesante una vez más, Sara. Ahora bien, me da la impresión de que el cartón (y a tus ejemplos me remito) sólo sirve para expos muy características. Creo que va a ser difícil, al menos por ahora, pasar por alto ese tono informal propio del cartón, ¿no te parece?
Estoy de acuerdo, Óscar. Como decía en el post, el cartón no funciona para todos los contextos, pero es una alternativa perfecta para exposiciones más informales en las que se suele optar por el contrachapado o el cartón pluma -que elegantes elegantes no son-. Sin embargo, viendo el link que ha puesto Daniel arriba -de una expo de la Fundació Joan Brossa-, te das cuenta de que el cartón también puede trabajarse con resultados «refinados». Supongo que es cuestión de investigar nuevas posibilidades en lugar de limitarse a visualizar el corrugado en el Prado :) ¡Gracias por tu comentario!
Es un poco tarde para responder desde que pusiste el post. Pero una buena oportunidad para ver la aplicación de vitrinas de cartón es la eposición «Empremtes» en la Casa Museu Lluís Domènech i Montaner, en Canet de Mar. Es la actual política de la Diputación de Barcelona, el uso de este tipo de material en los préstamos que hace a los pequeños museos que forman parte de su red de museos. Se pueden ver fotos en mi blog http://www.delmodernismo.wordpress.com. Al verlas llegar causan un poco de decepción pero instaladas quedan muy bien. El único problema: las campanas de metacrilato pierden transparencia con el uso constante.
¡Gracias por tu comentario, Vicente! He estado viendo las fotos y la estructura de cartón de las vitrinas tiene muy buena pinta. ¿Tienes imágenes del resultado final?
Nosotras organizamos una exposición con este material y dió muy buen resultado. En nuestro caso, al no ir asociada a piezas, optamos por paneles autoportantes. Ahora la llevamos al Museo de El Cigarralejo (Mula, Murcia) y esperamos que siga dando el mismo resultado. La inauguración es este viernes, 2 de octubre, y estáis todos invitados.
Si os interesan fotos del resultado, os las mandaré encantada.
Un abrazo,
Muy interesante el post y su contenido. En mi empresa llevamos también tiempo desarrollando sistemas expositivos en cartón. Me permito dejar un enlace con algunos ejemplos, espero que sean de utilidad :http://cartonlab.com/diseno-de-exposiciones-carton/